Irving

El retiro espiritual de tres días me recuerda que yo soy el Plan De Dios. Esta frase fue contundente.

Tres días en donde empiezas a sanar heridas, el duelo se hace más ligero, en donde cada uno de los participantes tiene su lucha personal y la mía, intensa, brava, pero sabiendo que solo tengo que confiar y poner de mi parte.

Dios mismo nos decía por medio de Jesús García, -nuestro guía madrileño -que es un esfuerzo permanente de orar, poner todo en sus manos, escucharlo en los gritos del silencio pero sobre todo confiar porque Él nos ama eternamente.

La Fe que Dios nos ha regalado la tenemos que usar, la tenemos que cultivar y para ello - ese es nuestra chamba - tenemos que acudir a los sacramentos, especialmente a la Eucaristía y las 5 piedras que tenemos como David, para vencer a nuestro Goliat.

Cuando abrí mi corazón, entró la paz. Pero escuchar a los compañeros hizo que mi oración sea para ellos también.

Mi misión es ser feliz con lo que Dios me manda y buscar el cielo y facilitarle el camino a mis seres queridos para que ellos también busquen y lleguen al cielo.

Mi grano de mostaza me muestra la mucha fe que Dios me ha dado pero tengo que usarla, confiar y orar.

Tres días para escucharme y escucharte

Gracias papá.
Gracias mamá linda.